lunes, 12 de marzo de 2007

La Otra Cara de las Guerras [En referencia al tema de la obra “La Noche de Tlatelolco”]

A través de la historia hemos visto guerras importantes que han cambiado el mundo y que han defendido los ideales de personas que buscan el porvenir de sus pueblos y sus naciones, donde podemos ubicar cómo diferentes culturas buscan un objetivo común o donde éstas buscan exterminarse una a la otra con el deseo de saciar sus ambiciones políticas y económicas. Sin embargo, te has puesto a pensar, ¿cuántas personas han tenido que morir?, ¿cuántas familias han sido separadas por semejante barbaridad humana?, ¿cuántos niños pudieron cambiar al mundo aunque sea con su pequeña presencia?, ¿cuántos niños tuvieron que enterrar a sus padres?, ¿duele imaginártelo verdad?

Voy a aprovechar esta oportunidad para mostrarle al mundo lo que siento y pienso con respecto a esto que creo que debe ser mucho más importante que investigar si hay o no hay vida en otro planeta.

Me siento muy desilusionado al ver como existen hombres llenos de ambiciones, que para conseguirlas, no les importa quién o cuántas personas deben morir para cumplir con deseos que van más allá de obtener un bienestar propio o de una nación en específico. Duele ver como miles y miles de niños pierden a sus padres y hermanos en situaciones de guerra entre pueblos, regiones o países, los cuales, tienden a verse traumados en gran magnitud, tanto así, que el llegar a este mundo ha sido para ellos como entrar a las puertas del mismo infierno, donde lo peor aún no está por suceder. Duele ver como miles de madres tienen que enterrar a sus hijos, asesinados por autores desconocidos que se ocultan detrás de otras personas para salvar la reputación que tienen ante la sociedad, y que no les importa la decisión de matar, ya que para ellos es uno menos en este mundo, lo cual beneficiará en alimentación a 3 niños pobres más.

Necesitamos enfocarnos más en dar paz a nuestras sociedades. Necesitamos invertir más en paz y no en armas de guerra. Necesitamos apoyarnos los unos a los otros y lo que es más importante, aprender a practicar la tolerancia.

Referencia:
http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/3150.htm

Juan Luis Jiménez