En dónde dejaste tus buenas costumbres Matilda,
el pobre tío Marcos olvidó el olor a vainilla.
Y tú lo dejaste. Primero Cástulo, después Diamantina.
¿Nadie te vio llorar? ¿En dónde se quedaron tus lágrimas?
Tal vez se evaporaron a través de tu piel en el calor andrógino
que evocaba tu cuerpo.
Reíste con más locos,
y el adicto al disparador y a la morfina
se interesó también en ti.
Ya no te preocupes Matilda,
que a los malos- mexicanos políticos
algún día les tocará sufrir.
el pobre tío Marcos olvidó el olor a vainilla.
Y tú lo dejaste. Primero Cástulo, después Diamantina.
¿Nadie te vio llorar? ¿En dónde se quedaron tus lágrimas?
Tal vez se evaporaron a través de tu piel en el calor andrógino
que evocaba tu cuerpo.
Reíste con más locos,
y el adicto al disparador y a la morfina
se interesó también en ti.
Ya no te preocupes Matilda,
que a los malos- mexicanos políticos
algún día les tocará sufrir.
Evelyn Villarreal
No hay comentarios:
Publicar un comentario