Era de noche. Ella se encontraba en la cocina. Estaba vaciando el arroz en la olla, que estaba sobre la estufa. Entonces su mario entró de golpe y la jaló del cabello llevándola hacia el exterior de la casa. La sacó por la puerta trasera. -¿A dónde me llevas?- María le preguntó. Pero él no contestaba. La sigió arrastrando y afuera la amarró por el cuello con un lazo. Era el mismo cordón con el que amarraban a las vacas. Ella lloraba y la fuerza física de su esposo era tal que todo forcejeo por parte de ella fue inútil. -te estás viendo con otro, verdad perra?, le dijo colérico. Y aunque María no había sido infiel, la celosía del esposo la mantenía temblando de miedo y llorando. La siguió llevando hasta un monte, donde hasta ese momento nadie los había visto. Ahí él se detuvo al ver una pequena luz entre los arbustos. Como si alguien los hubiese alumbrado con una lámpara, pero nunca se supo quien había sido esa tercera persona que les había hechado la luz. Toscamente él la soltó y le dijo: "vuélvete a la casa".
Esto sucedió en la vida real en un rancho de Sonora, México. La mujer huyó de su casa y con ayuda de sus hijos cruzó ilegalmente hacia el estado de Arizona, en donde yo la conocí. Este es uno de tantos relatos en donde la mujer es víctima de su esposo. Cuando María fue a levantar una denuncia, el juez le dijo que huyera y que no regresara nunca, pues si ella regresa, él es capaz de matarla. ¿Siglo XVIII? No... esto sucedió en el 2001.
Esto sucedió en la vida real en un rancho de Sonora, México. La mujer huyó de su casa y con ayuda de sus hijos cruzó ilegalmente hacia el estado de Arizona, en donde yo la conocí. Este es uno de tantos relatos en donde la mujer es víctima de su esposo. Cuando María fue a levantar una denuncia, el juez le dijo que huyera y que no regresara nunca, pues si ella regresa, él es capaz de matarla. ¿Siglo XVIII? No... esto sucedió en el 2001.
Evelyn Villarreal Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario